Y Sant Jordi mató al dragón...
Los tiempos cambian a la velocidad de un vértigo sosegado; sin embargo, hay leyendas que permanecen siempre ahí, presentes, por más que le pese al devenir del tiempo... Disparatados relatos que se suelen instalar cómodamente en nuestra pequeña parcela de fantasía, alimentándose después de nuestros pequeños delirios hasta donde nuestra propia imaginación nos lleve; y si no, que se lo digan a Rómulo, Remo, y a la loba que “supuestamente” los amamantó… ¿Así son de simples las cosas o así nos las han contado?, ¿cuánto hay de auténtico y cuánto de engañoso en cada una de estas historias?... ¡Qué más dará!, ¿acaso importa?... A la hora de la verdad, siempre prevalecerá ese trasfondo de verdad que queramos ver en ellas; a fin de cuentas, cada cual hará despuntar su propia versión del cuento. Puede que venza nuestro punto de vista más romántico y acabemos resaltando siempre el lado más inverosímil de las cosas, puede que se imponga en la batalla nuestro sentido común y que sólo queramos ver el aspecto más racional de la leyenda. En cualquier caso, ya fuera Sant Jordi quien finalmente hizo brotar una rosa del corazón herido del dragón venciendo así a la tiranía, o ya fuese la fogosidad de la mirada maléfica del dragón quien hizo sucumbir al poderoso caballero; lo realmente importante, es que la leyenda todavía sigue viva… Gracias a ella, y gracias también a que a Cervantes y a Shakespeare les dio por querer hacer “mudanza” para el otro barrio un mismo día... Barcelona amanece vestida de rosas y libros cada 23 de Abril... !Un buen día para no quedarse en casa!.
¿A vosotros os gustaría vivir en un mundo dónde todo se pudiera explicar de forma lógica?. Supongo que a mi no, será que detrás de mis dos ojos marrones se encierra siempre mi particular modo de ver las cosas… Pero, leyendas aparte, espero que ayer disfrutárais como yo de la festividad del día, !el gremio de libreros seguro que lo vivió con total optimismo!... Sobre la boda del pasado domingo, !mejor no hablar!, !eso sí!, acerté de pleno, sólo que fue un dos por uno: !abanico más vela!, ¿quién lo iba a decir...?.


