30 enero 2007

Y el polígrafo responde que...

Bueno, como lo prometido es deuda, aquí está la solución al "2x1" del otro día. La cosa hoy va de respuestas... A la afirmación: “La primera y única vez que me han sacado una muela, el dentista fue quien tuvo que sentarse en su butaca mientras yo me quedaba de pié enfrente suyo”... El polígrafo asegura que: ¡Dice la VERDAD!... Fue cuando era una niña, a mis aproximadamente once años; por lo visto, ya apuntaba maneras en lo que se refiere a mi “distante” relación con los médicos en general. El pobre le echó ingenio para enfrentarse al duro trance de vérselas con un pequeño “manojo de nervios”, supongo que fue la única manera que se le ocurrió para calmar a la fierecilla que habitaba en mi interior; a partir de entonces: !ni tan siquiera una caries!.

A la declaración: “Soy bastante desordenada, aunque me cueste reconocerlo: ¡mis armarios siempre me delatan”… El polígrafo responde que: ¡MIENTE como una bellaca!... Reconozco que durante mi adolescencia mi madre me puso varias veces el armario en el pasillo, y no precisamente de forma literal. No hay mal que por bien no venga, ahora, gracias a ella, no hay armario desordenado que se me resista. No soporto que el caos amenace mis cajones.

A lo dicho sobre: “A consecuencia de un susto que se llevó mi madre, estuve a punto de nacer dentro de un seiscientos verde a los ocho meses de gestación. Tan sólo cinco minutos marcaron la diferencia”… El polígrafo desvela que: ¡Dice la VERDAD!... Pues sí, incluso existe por ahí una fotografía como prueba gráfica que lo puede atestiguar... Por lo visto, desde antes de venir al mundo ya pecaba un poco de impaciente; aunque, a la hora de la verdad, sé esperar, siempre y cuando sea por una buena causa.

A la confesión: “No hay cosa que más me relaje que nadar en pleno mar abierto”... El polígrafo dice que: ¡MIENTE!... A pesar de que practiqué durante algo más de tres años la natación como deporte, tengo fobia a nadar en el mar como consecuencia de un pequeño susto que me llevé en la playa a mis 18 años. Me gusta sentir cerca el mar, tanto que no sé si me gustaría vivir en una ciudad en la que no pudiera disfrutar de él, pero… siempre ¡haciendo pié!.

A aquello de: “A pesar de que el vértigo siempre me acompaña allá donde voy, no hay castillo cátaro ni montaña que se me resista. ¡Eso sí!, ¡el mal rato de la bajada no me lo quita nadie!”... El polígrafo asegura que: ¡Dice la VERDAD!... ¿Un ejemplo?, en el castillo de Montsegur, llegué incluso a pensar dónde podría colgar unas cortinillas para hacerme mi futura estancia más acogedora, también tengo pruebas “gráficas” que lo atestiguan… Con tal de no tener que bajar, ¡me hubiera quedado a vivir allá arriba!. Me costó armarme de valor para el descenso, pero… ¡en las ruinas cátaras no hay conexión a Internet!; así que, aquí estoy yo: ¡Hogar dulce hogar!.

A lo dicho acerca de: “Dieta que veo, dieta que quiero… ¡cualquier cosa con tal de mantenerse en forma!”… El polígrafo responde que: ¡MIENTE más que habla!... No hay cosa con la que disfrute más que con la buena comida… Cocinero cocineeeeeeroooooo enciende bien la candelaaaaaaa y prepara con esmerooooo un arroz con habichuelas riau riau.

A la afirmación: “Una vez hice un trueque: Cambié mi larga melena por una bicicleta”... El polígrafo asegura que: Dice la VERDAD!... Fue justo después de tomar la comunión, no hubo otra manera de conseguir cortarme la “coleta”.

A lo expuesto: “Cada vez que voy de tiendas, mi tarjeta inevitablemente suele echar humo”, el polígrafo manifiesta que: ¡MIENTE más que Pinocho!... Lo único que a mí me ha echado humo en alguna ocasión ha sido la cabeza de tanto darle vueltas a una misma cosa. Con el tiempo, se aprende a que no por más insistir en tratar de volver algo del revés con el pensamiento cambiamos una situación, lo único que conseguimos de ese modo es marearnos más todavía.

Acerca de: “No me gusta mucho hablar por teléfono, pero cuando lo engancho se me suele olvidar que tengo que colgar. El tiempo pasa volando”… El polígrafo dice que: ¡Es VERDAD!… Mensaje directo para “Amiga_Viajera”: Si me lees, quiero que sepas que sigo buscando el botón para colgar, confío en que algún día lo encontraré.

A la afirmación: “Me considero una persona nómada, me gusta vivir en cuantas más ciudades mejor y cambiar de lugar de residencia cada vez que me es posible”… El polígrafo dice que: ¡MIEEEENTE!... La verdad es que soy más casera que la gaseosa, me gusta hacer de mi hogar mi refugio y odio hacer maletas aunque me vea obligada a convivir con ellas.


Y ahora el Ranking de posiciones: Ahhh y Amiga_Viajera: 4 Points, (aunque Amiga_Viajera está fuera de concurso por jugar con la ventaja de conocerme personalmente)… Missing: ¿al final que decidiste: trueque o muela?, ainssss así no hay quien pueda llevar bien la cuenta… Bebita: 6 Points (enhorabuena medalla de plata)… And the winners son: ¡Ángel y Zooey, con 8 Points cada uno de ellos!… ¡Enhorabuena campeones!, ¿a dónde os envío la planta de plástico de mi comunidad de propietarios que habéis tenido la inmensa suerte de ganar?, ahora que no me escucha nadie: ¡por fin conseguí librarme de ella jijiji!... En fin, le paso el testigo a Bebita, Lara, Ángel, Missing, y Ahhh siempre que quieran participar de este “meme”.... ¡Hasta la próxima!

25 enero 2007

¿Confesiones?


Hace pocas semanas, Nerim me invitó a participar en un “meme” bien sencillo; tan sólo había que limitarse a confesar, con toda sinceridad, cinco verdades acerca de uno mismo… Hace pocos días, Carquinyol también me pasó la “patata caliente” con otro “meme” bastante parecido; en él, esas cinco verdades debían ir acompañadas también de cinco mentiras, con la única intención de poder jugar así a adivinar dónde se esconde la realidad y dónde la fantasía... Así que, dispuesta a no romper con la cadena y a dejarme conocer un poco mejor por todos vosotros, aquí os dejo mis diez pequeñas “confesiones”; entre las cuales, sólo cinco forman realmente parte de mí… En mi próximo post, prometo desvelar el enredo; por ahora, para todo aquel que quiera intentarlo, pues: Adivina, adivinanza…

1- La primera y única vez que me han sacado una muela, el dentista fue quien tuvo que sentarse en su butaca mientras yo me quedaba de pié enfrente suyo.

2- Soy bastante desordenada, aunque me cueste reconocerlo: ¡mis armarios siempre me delatan!.

3- A consecuencia de un susto que se llevó mi madre, estuve a punto de nacer dentro de un seiscientos verde a los ocho meses de gestación. Tan sólo cinco minutos marcaron la diferencia.

4-No hay cosa que más me relaje que nadar en pleno mar abierto.

5-A pesar de que el vértigo siempre me acompaña allá donde voy, no hay castillo cátaro ni montaña que se me resista. ¡Eso sí!, ¡el mal rato de la bajada no me lo quita nadie!.

6- Dieta que veo, dieta que quiero… ¡cualquier cosa con tal de mantenerse en forma!.

7- Una vez hice un trueque: Cambié mi larga melena por una bicicleta.

8- Cada vez que voy de tiendas, mi tarjeta inevitablemente suele echar humo.

9- No me gusta mucho hablar por teléfono, pero cuando lo engancho se me suele olvidar que tengo que colgar. El tiempo pasa volando.

10- Me considero una persona nómada, me gusta vivir en cuantas más ciudades mejor y cambiar de lugar de residencia cada vez que me es posible.


Como bien dice mi refranero particular: No hay mal que cien años dure, ni gripazo que no se me cure... Vaya con la cuesta de Enero de este año, un poco más y se me acaba el mes sin haber podido dar señales de vida “blogera”; en fin, menos mal que al menos he podido hacer acto de presencia, espero que Febrero sea más condescendiente conmigo…¡Me alegra poder volver a darme un respiro y estar de vuelta!.

08 enero 2007

Vuela, vuela...

Todo comienza el día que nacemos; a partir de entonces, el reloj empieza a contar y ya no existe viento contrario que pueda hacerlo retroceder con su empuje... El tiempo siempre lleva timón fijo, velocidad constante. Otro día ha venido y se irá, tan rápidamente; sin embargo, esa sensación de brevedad ya no es nada novedosa, todos los días nos intimida ese efecto fugaz que deja tras de sí el paso apresurado de las horas. Habrá quien no lo crea, pero mañana ya es hoy.

Parece que fue ayer cuando estaba dando rienda suelta a mi traviesa inspiración navideña; cuando, de repente, la despiadada rutina ha vuelto a apoderarse otra vez vilmente del tictac de mi despertador. Es inevitable tratar de hacer la vista gorda para intentar no sentirlo, es así de sencillo, así de simple: !está visto que el tiempo vuela!; más aún, cuanto mejor lo pasas, cuando uno más se divierte.

Anoche regresé de mi ciudad a mi ya otra ciudad, es por eso que todavía no he tenido tiempo de retirar los deshojados calendarios que aún tengo por casa, todavía aparece por ellos la vieja “mecedora”, ese número 6 que parece querer seguir acunándose cómodamente por mis estanterías por tiempo indefinido; aunque, sus últimos balanceos tienen ya los minutos contados, el poderoso siete ya ha asomado triunfal, con energías renovadas para todo un año y dispuesto a usurpar sin compasión el que, hasta ahora, había sido su sitio. El paso del tiempo es lo que tiene, no pasa de balde para nadie; al final, a todos nos acaba llegando la factura. Es bueno tenerlo siempre presente para evitar que se nos escape entre las manos, desgraciadamente, no asistimos como meros espectadores a su paso, somos protagonistas de nuestro propio tiempo, de nuestra propia vida; así que, a vivirla con toda su intensidad, sin convertirnos por ello en nuestro peor enemigo, para enemigos invencibles nos basta sólo con el paso del tiempo, a él nunca hay quien le gane la batalla.


Aunque haya estado un poco perdida por aquí estos días, ya encontré el camino de regreso. Como suele decirse, espero no quedarme otra vez “a la luna de Valencia”, al menos por algún tiempo. Reconozco que de vez en cuando va bien “desconectarse” del todo; pero también, es bueno disfrutar de la vuelta… Alalluna está de nuevo “on line”, ¡hasta la próxima!.

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