01 septiembre 2006

Quien tiene boca se equivoca

"Mis errores me pertenecen como mis manos, mis ojos, mis piernas, por ello no voy a renunciar a ellos para no sentirme incompleto, no voy a jugar a la perfección, no voy a perseguir quimeras a estas alturas. Seguiré tropezando con las mismas piedras, asegurándome de que estén allí cuando regrese, empeñándome en caer siempre en la misma trampa, porque algo me dice que son precisamente mis errores la auténtica causa de mis aciertos" ...

Desconozco el autor, pero... !Bonita cita!, y no la aprendí en el colegio... En cambio, allí si me enseñaron otras muchas cosas, también eso tan común de que tras una equivocación debíamos borrar primero lo recién escrito antes de continuar seguir escribiendo. Aunque, ya sabe todo el mundo que muchas de las cosas que nos enseñan en el colegio no nos resultan después de utilidad a la hora de aplicarlas; y, lo confieso, !yo siempre fui más de “tachones”!... Está bien eso de que nos quieran inculcar ya desde pequeños la pasión por el orden, pero no hubiera estado de más que alguien hubiera reconocido también que “tachar” no era tan malo; después de todo, tachar es lo que nos permite seguir escribiendo a continuación de nuestro error, sin eliminarlo para tratar así de fingir que nunca existió; de esta manera, dejándolo que permanezca visible ante nuestros ojos, él mismo es quien se delata, mostrándonos tantas veces como queramos retroceder sobre nuestra página cual es el aspecto de la piedra en la que no debemos volver a tropezar.

Rectificar es de sabios, muchos lo hacemos para poder así comenzar a escribir más rectas las líneas de nuestra vida, pero aún no conozco a nadie que haya sido capaz de poner “tipex” a algunos de sus fallos, lo que si hacen para anularlos es tratar de olvidarlos. No querer recordar es siempre la mayor equivocación; ya que, para aprender a convivir con nuestros errores, es necesario siempre empezar por aceptarlos, repitiendo tantas veces como nos sea necesario: !No volveré a ser tan tonto como para volver a tropezar de nuevo en mi mismo error!.

Crecer es aprender, y aprender consiste básicamente en equivocarse; y aún así, equivocándonos, parece que nunca llegamos a aprender del todo, por lo que se puede decir que tampoco dejamos nunca de crecer como personas. Por lo demás, y aunque suene contradictorio, ahora soy una apasionada del orden y no por ello han dejado de tener sentido mis muchos tachones.

6 Cosquillas:

La cosquilla de Anonymous Anónimo dice...

estoy contigo en lo de los "tachones", yo suelo hacerlo, si es que la metáfora se refiere a no ocultar nuestros fallos ante los demás; lo que ocurre es que, frecuentemente, esos "rayajos" en el texto de mi conduzta, han sido utilizados en mi contra por mis detractores, sacándolos de contexto con toda mala intención.
¡Qué le vamos a hacer!, quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra, pues también he ofendido, ignorándolo y a sabiendas, que de todo hay.
Si no nos escribimos antes, hasta la vuelta Alalluna.

11:34 a. m.  
La cosquilla de Anonymous Anónimo dice...

Desde luego!!! Al final a oxtias se aprende, no? (perdón por ser tan grosero ...) y el que no recibe (oxtias) golpes no aprende a estar preparado para la siguiente vez ...

Hay que saber aprender de los errores, y olvidarlos supone volver a caer en ellos ...

Joder, Tía, me haces reflexionar, y eso me da mieeeeedooooo!!!
jajajaja

Un besote grandote, grandote.

12:46 p. m.  
La cosquilla de Anonymous Anónimo dice...

Muchas filosofias dicen que el alma humana busca el camino de la divinidad, ese ser perfecto y todopoderoso, yo creo que el querer borrar y eliminar los errores es algo intrínsico del ser humano, y que desde pequeños ya nos enseñan a ocultar esos fallos.

Pienso que es un error, ¿qué es más meritorio, no haber fallado nunca o haber fallado y demostrar haber aprendido a no volver a hacerlo? Ya es toda una señal que la ciencia se base en el ensayo y error.

En todo caso, yo prefiero mostrar mis errores, siempre serán una advertencia de aquello que no debo hacer.

1:51 p. m.  
La cosquilla de Anonymous Anónimo dice...

Los errores son fundamentales en nuestras vidas. El problema es que la mayoría de las veces no somos capaces de reconocerlos. Si hasta nos enfadamos por haberlos cometido...

Ciertamente hay que aprender de ellos, pero primero tenemos que aprender a aprender de ellos. No es fácil. Es mucho más sencillo decir que aquí no ha pasado nada y olvidar.

Por cierto Alalluna, ayer te recomende en mi blogday. Creo que te lo mereces.

 Un beso y sigue así. Me encanta.

9:49 p. m.  
La cosquilla de Anonymous Anónimo dice...

Y que razón tienes; de los tachones se aprende, de los tropiezos se rectifica y gracias a estos vemos las cosas con más claridad.

2:48 p. m.  
La cosquilla de Blogger DANI dice...

Pues si de lo errores se aprende, yo debo ser un erudito.

Buesos, digo besos.

8:16 p. m.  

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