El arte de la persuasión
¿Quién es capaz de resistirse al poder de una mirada?, ¿a quién no se le dispara su antena receptora estando al lado de alguien que posee el don de la palabra?... Dicen que a las personas inteligentes se les convence y a los tontos se les persuade; pero, lo único cierto es que nunca hay verdades absolutas. Hasta la persona más inteligente sobre la faz de la tierra, llegado el caso, podría llegar a caer rendida a los pies de la persuasión tan sólo con algún que otro pestañeo de ésta.
Ella nos va guiñando el ojo por donde quiera que vamos: algunas veces, solemos guiarnos por el capricho más que por la razón haciendo de la marca el mejor producto; en otras ocasiones, nos encontramos con quien juega a confesar sus pequeños defectos para así tratar de transmitir a los demás que carece de grandes pecados. Todo el que dialoga, asume automáticamente el riesgo de ser persuadido de lo contrario, basta con saber vender algo o con saber venderse. Tampoco hay edad en la que ella no pueda crear confusión; hay padres que, tratando de convencer a sus hijos para que se comporten como es debido, ya juegan con ellos a la negociación diciéndoles “si no lo haces más, mañana te compraré esto o lo otro”, ¿dónde quedó eso tan antiguo de enseñarles a distinguir entre el bien y el mal?, otra vez el juego de la persuasión a escena. Ella es la dueña y señora: tanto es así, que con una buena campaña de marketing, ya no sólo se venden productos, también nos pueden llegar a vender ideas.
Es un juego divertido para quien hace sabe hacer de él un arte, pero peligroso para otras personalidades más influenciables que siempre acaban dejándose llevar sin ni siquiera pensarlo. Pero, queramos o no, al final es un juego del que todos acabamos participando, todos desempeñamos un papel, cada uno marcamos nuestras propias reglas. La baraja está servida, suerte, y: !que gane el que mejores cartas tenga!.
8 Cosquillas:
Relacionando este post con el anterior, generalmente los que mejor persuaden son los que tienen mejor imagen y los que se venden mejor. Eso no quiere decir que sean lobos con piel de cordero, pero generalmente no son lo que aparentan ser.
Echándole un poco de "teatrillo" a la contestación: Ser o no ser, !he ahí la cuestión!. Actuar también es en cierta manera jugar al arte de la persuasión. ¿Ves?, ella está por todas partes.
Muy interesante tu post, y bien explicado. La verdad es que hay de todo en la vida. Yo no tengo el don de la palabra, pero sí el de caer en gracia a la gente ...
Siento no pasar más a menudo estos días, pero ando de fiestas, jejeje. Prometo convertirme en asíduo a tu "rinconcito", si me dejas, claro.
Un beso.
Midnightsong: Elena se me adelantó en el pensamiento. Ya lo ha dicho ella, caer en gracia es una gran virtud; aunque, no es algo que venga sin más, si uno tiene el don de caer en gracia a los demás, es seguro que por algo será... Ya nos contarás el secreto de tu éxito si quieres!!! ;-)
Por cierto, en mi "rinconcito" tengo espacio para todo el que quiera venir de visita, !estáis los dos invitados!.
Midightsong: Uhyssss que fallo, ya se me olvidaba lo más importante, espero que lo pases genial en las fiestas. Eso sí, no me rompáis nada con tanto ajetreo que si algún día vuelvo por Mundaka quiero encontrármelo todo en su sitio. Lo vuelvo a repetir, es un sitio precioso para perderse unos días.
Me gustan los posts que me hacen reflexionar.
La verdad es que muchas veces lo he pensado y me aterra. Me aterran todas las debilidades, como a todo el genero humano supongo. Y la persuasión es una de ellas.
No creo que haya cura posible. El más preparado puede ser persuadido por alguien (yo más en concreto pienso en una mujer). No sirve de nada hacer planes, un accidente eventual puede desbaratarte por completo.
A veces son cosas que parecen que están fuera de la naturaleza humana. Unos ojos, unos labios, unos gestos... algo extremadamente precioso y que consideras casi divino.
Hay cosas que te apartan del mundo racional. La lógica no sirve. Por unos momentos nos volvemos a nuestra naturaleza y nos convertimos en animales. Y volvemos a hacer caso a nuestros instintos...
El arte de persuadir no creo que se pueda aprender. Es algo que viene muy de dentro. Hay quien es capaz de persuadir sin proponerselo. La gente simplemente hace lo que quiere sin apenas desearlo.
Para persuadir hay que tener algo que los demás deseen y que parezca imposible conseguir. A veces esa seguridad de que lo tienes sin tenerlo ya puede ser suficiente. La seguridad en uno mismo puede hacer mucho sobre los demás.
A mi me pierden los ojos negros y las bocas pequeñas. Si me hablan bajito y pronuncian muchas "eses" soy capaz de matar por ellos. xD
Juer, ya me he vuelto a explayar.
Todos usamos la persuasión cuando queremos conseguir algo, cada uno a su manera, unos con éxito, otro no con tanto!!
Un beso enorme
PD. ¡¡Qué sería de nosotros sin ella!!
Sisor: Aquí está permitido explayarse todo lo que se quiera, no hay límite de espacio si lo que se pone quiere salirte de dentro. Y, estoy de acuerdo contigo, para poseer el arte de persuadir primero uno tiene que tener confianza y seguridad en sí mismo.
Luis: Mañana te diré si yo también soy pirata sólo de boquita, hoy sesión de cine y palomitas, a ver si me persuade la película. ;-)
Publicar un comentario
<< Home