10 mayo 2007

Sin razones para la impaciencia

Mama, mama, ¿me puedo meter ya en la piscina?... No, todavía no, aún no has hecho la digestión… ¡Ah!, ¿y cuánto tiempo falta?... Sólo quince minutos… tic-tac, tic-tac… Mama, mama, ¿es la hora?, ¿me puedo bañar ya?... Pero, ¡si me lo acabas de preguntar!, ¿no te he dicho hace nada que todavía falta un poco para que sea la hora?... tic-tac, tic-tac… Mama, ¿ya?, ¡mamaaaaaaaaaaa!… Te he dicho que te esperes, mira, la aguja larga del reloj tiene que llegar hasta aquí, cuando eso pase, podrás meterte en la piscina, ¡antes no!… tic-tac, tic-tac… ¡Jo, que despacio pasa el tiempo!, mamaaaa, ¡mamaaaaaaa!, ¡que la aguja esta no se mueve!… Grrrrrrrr, anda métete ya en el agua y calla que cuando te pones así no hay quien lo soporte, pero después no me vengas llorando si te da un corte de digestión… ¡Bieeeeeeen!, ¡tonto el último, tonto el último!.

Y yo me pregunto: ¿dónde fueron a parar aquellos maravillosos años, en los que los frutos de la impaciencia podían curarse siempre teniendo un bote de mercromina a mano?. En muchas ocasiones, como a cualquier niño de cinco años, nos sigue cegando la inquietud, el nerviosismo, la ansiedad, la precipitación y el desasosiego; sólo que con el transcurso de los años, las cosas van perdiendo irremediablemente parte de esa bonita inocencia. Digámoslo de otro modo, los errores cada vez pesan más a nuestras espaldas, las heridas derivadas de nuestros muchos desasosiegos van haciendo cada vez más mella en nuestro estado anímico, la frustración va calándonos poco a poco, adueñándose de nuestra voluntad… Según cuentan por ahí, por aquí y por allá, la impaciencia, alias “la prisa”, no trae consigo nunca nada bueno; debe ser que no se ha inventado todavía una “mercromina” capaz de curarnos de todo mal, debe ser que las lesiones provocadas por el estrés que supone querer saber algo y no obtener respuestas, querer alcanzar algo y vislumbrarlo cada vez más lejano en nuestro pensamiento, tienen una muy difícil cura.

Menos mal que la edad es implacable y que el tiempo acaba devolviéndonos la cordura poniendo las cosas, una vez más, de nuevo en su sitio: No hay que impacientarse hijo, no hay que impacientarse. Total, antes o después, ¡todo llega!; total, ¡cada cosa tiene su momento!... Muchas veces, son las mismas ganas de querer cazar cuanto antes al ratón, las que hacen que nos precipitemos y acabemos perdiendo para siempre de vista “nuestro queso”... Piénsalo, puede que valga más la pena ser gato paciente y dar a cada cosa su tiempo; por algo se suele decir que: “la paciencia es la fortaleza del débil y la impaciencia, la debilidad del fuerte”… ¿Gato o ratón?, el triunfo puede que resida en saber, y en querer, estar dispuesto a esperar.


Cuando las ganas te desbordan es complicado limitarse a esperar sentado. Salir corriendo, hacer un alunizaje directo hacia ese escaparate donde se exhiben nuestros propósitos, sería lo más espontáneo, cómodo y sencillo... No obstante, en según que casos, puede que no fuera lo más inteligente; a no ser, ¡claro está!, que queramos que sea el ratón quien acabe cazando al gato... !Nunca se sabe!.






30 Cosquillas:

La cosquilla de Anonymous Anónimo dice...

La impaciencia suele ser retroactiva: la causa el miedo a que pase una determinada cosa... y esta determinada cosa tiene más probabilidades de ocurrir si somos impacientes. Vamos, toda una trampa !!

Lo mejor es mirar de cogerle la vida con filosofía y tranquilidad, luchar por algo y lo que tenga que ser, será.

8:19 a. m.  
La cosquilla de Blogger Nerim dice...

Pues yo añoro la "impaciencia" de aquellos días en los que comía el bocadillo metida en el agua, pues así no tendría que esperar a hacer la digestión y me podía bañar cuando terminada de comer.Y nunca, nunca, me dió un corte de digestión.Supongo que debia de ser la tranquilidad con la que me comia el bocadillo.
Un fuerte abrazo
Nerim

9:39 a. m.  
La cosquilla de Anonymous Anónimo dice...

Yo soy justamente el vivo retrato de esa niña impaciente que se quiere meter al agua de manera inmediata.

Siempre he pensado que soy un impaciente y un impulsivo. Cuando quiero algo lo quiero ¡YA!. No sé esperar, aunque en muchas ocasiones sepa que al esperar pueda reportarme algún beneficio (como una bajada de precio en algún capricho). Pero no puedo. Es superior a mi.

En ese sentido creo que sigo teniendo esa misma sensación de la infancia. Lo que a veces, demasiado a menudo, me siento culpable por no poder demostrar que soy una persona adulta con capacidad de espera. No la tengo. Soy impulsivo, ansioso, terriblemente nervioso...

El mundo no está hecho para esperar. Al menos no para mi.

Un besote muy fuerteeeeeeee.

11:06 a. m.  
La cosquilla de Blogger Lara dice...

Pues yo estoy con nerim y tampoco me ha pasado nunca nada ;)
Besos.

11:39 a. m.  
La cosquilla de Anonymous Anónimo dice...

Yo soy la reina de las impacientes. Sin ir mas lejos ahora mismo estoy esperando una llamada para hacer un plan, que se que va a llegar, pero me dan ganas de llamar yo para no tener que esperarrrrrr

aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa (es un grito)

1:33 p. m.  
La cosquilla de Anonymous Anónimo dice...

La impaciencia está asociada al deseo. Si deseamos algo con muchas ganas estaremos impacientes por recibirlo ...

Y normalmente cuanto más impacientes estamos más se demora la recepción del deseo ...

Digo yo!!! jajajajaja

Un beso!!! Que bien verte por aquí otra vez!!!

2:21 p. m.  
La cosquilla de Blogger Isabel Burriel dice...

Somos impacientes por naturaleza cuando lo que esperamos es bueno. La medida del tiempo varía enormemente de una situación a otra y no podemos remediarlo por mucho que analicemos o intentemos racionalizar dicha situación.
Que buena exposición!

2:25 p. m.  
La cosquilla de Anonymous Anónimo dice...

Es muy difícil abstraerse de la impaciencia cuando se persigue algo... vivimos en un mundo muy nervioso y tenso.

En otro orden de cosas menos profundas... ¿por qué nos decían que esperáramos dos horas antes de bañarnos en la playa? Yo creo que los cortes de digestión eran una leyenda urbana... en fin...

Besitos Alallu!!

3:36 p. m.  
La cosquilla de Anonymous Anónimo dice...

A veces la impaciencia da más frutos que los más profundos cálculos. Dicen que la misma esperanza deja de ser felicidad cuando va acompañada de la impaciencia.
"La paciencia es la fortaleza del débil y la impaciencia, la debilidad del fuerte."
Abrazos.

7:36 p. m.  
La cosquilla de Anonymous Anónimo dice...

según Itoitz debo ser muy fuerte porque soy muy impaciente, lo cual no quiere decir que actúe, aunque si, si que actúo y luego a cargar con las consecuencias!!!!

un beso desde mi caja.
pandora.

7:59 p. m.  
La cosquilla de Blogger Xiluso dice...

La impaciencia desaparece con los años y la edad (realmente no desparece si no que la disimulamos más ;P)

10:11 p. m.  
La cosquilla de Blogger Alma de noche dice...

Para impaciente yo!!! y tú lo sabes bien Alalluna.
No tengo remedio....muchas veces intento ser paciente por las cosas, no mover ficha y estarme quietecita. Pero no, mi impaciencia puede con todo eso y a veces me lo hace pasar verdaderamente mal.Y es que siempre se ha dicho que las prisas no son buenas....
Y reconozco que lo mejor es ser paciente y esperar que surjan las cosas por sí solas.
"Paciencia", en mi caso es una asignatura pendiente y espero poder aprobar un día. Alguna vez la he puesto en práctica y da buenos resultados.
Me veo reflejada en ese niño que está impaciente por bañarse y le entiendo perfectamente....
Un post muy bueno Alalluna, gracias!!
Un abrazo.

11:06 p. m.  
La cosquilla de Anonymous Anónimo dice...

Supongo que todo tiene su aquél. En casa tenemos los dos polos opuestos. Mi marido es impaciente, cuando quiere algo, lo quiere ya. Yo, sin embargo, me tomo las cosas con más paciencia y sé esperar. Y he descubierto que, en ocasiones, su impaciencia es buena porque nos hace dar pasos adelante. Y en otras ocasiones es buena mi paciencia porque nos hace esperar al momento oportuno.

En nuestro caso, está claro, una cosa se complementa con la otra.

Besos

12:42 p. m.  
La cosquilla de Blogger DANI dice...

De verdad crees que con la edad no arreglamos un poquito??? porque creo que yo cada día voy a peor ja ja ja.

Debo ser fuerte que te cagas, porque de impaciencia y prisa me sobra.

Besos rápidos

3:50 p. m.  
La cosquilla de Blogger Verbo... dice...

saludos !!

M.

9:36 p. m.  
La cosquilla de Anonymous Anónimo dice...

Hola, me encuadro con los impacientes, pero aprendiendo y consiguiendo esperar al momento justo.

Y aunque el punto medio suele ser siempre la mejor referencia, mejor un impaciente que una indolente paciencia...

Un beso

9:41 p. m.  
La cosquilla de Blogger Luchete dice...

Muy buenas... La paciencia es una gran virtud, y te lo digo porque trabajo con niños, y ellos me han enseñado las grandes ventajas de poner en práctica esta virtud...Vivimos en la sociedad de la prisa, por eso todo lo queremos al grito de ¡ya!, pero no puede ser, nos equivocamos...

Un saludito, buen post sin duda.

9:42 a. m.  
La cosquilla de Blogger rh dice...

Yo creo que la paciencia puede considerarse una virtud. Normalmente permite ver las cosas más nítidamente, un poco más claras y abordar lo que se espera con mejor disposición, pero... si lo pensamos un poco, la intranquilidad es muchas veces fruto de un apasionamiento por las cosas ¿verdad?, por un sentido muy vital del entusiasmo que despiertan en nosotros diferentes expectativas, y claro, la falta de pasión también es un defecto ¿no?

Yo me reconozco a mí mismo en ambos lugares, contradictorio en mis reacciones a veces, unas, paciente -acertada o deseperantemente paciente-, otras, impaciente, ansioso como un niño, como ese de la piscina.

Me gusta ser las dos cosas, a veces sale bien de ambas formas, a veces también mal de las dos.

Siempre pensando y haciendo pensar un poquito, Alalluna. Gracias.

Besos

11:33 a. m.  
La cosquilla de Anonymous Anónimo dice...

Los años ya me han enseñado a que la paciencia es una virtud, ¡qué remedio! o lo aprendes o te das de bruces en el suelo todos los días.

Ese sentido práctico te resta la emoción de la intranquilidad, pero todo no se puede hacer al mismo tiempo, aunque lo sigo intentando.

¿Aún no me puedo comer el polo, xé?

12:45 p. m.  
La cosquilla de Anonymous Anónimo dice...

normalmene tengo paciencia, pero para segun que cosas, supongo que cuando deseas algo mucho estas deseando que llegue y te impacientas...Estoy impaciente por que llegue mi bebe, pero tengo la paciencia que tengo que tener para que nazca sanote...ya me queda un mes ayss que ganas!!!
Besos y gracias !!

1:19 p. m.  
La cosquilla de Anonymous Anónimo dice...

Alalluna!!!!!!!!!!!

las cuatro de la mañana!!!!!!!!pero tu cuando duermes?¿¿?¿?¿?¿?¿?jajajajajaja.

un beso desde mi caja.
pandora.


PD.- carquinyol, supongo que estás al tanto de que alalluna está solita a esas horas y muy, muy, despierta!!!!!!!

4:33 p. m.  
La cosquilla de Anonymous Anónimo dice...

Depende de para qué soy paciente o no, si tuviese q adoptar una postura concreta sería en el bando de los impacientes, pero eso sí, tengo muy claro q por más q uno quiera cuando toca esperar, se espera... y hay q aguantarse con ello!!

Un besote!

6:45 p. m.  
La cosquilla de Blogger fgiucich dice...

Ah, divina impaciencia de los años niños!!! Abrazos.

8:23 p. m.  
La cosquilla de Blogger Arcángel Mirón dice...

Creo que nunca perdemos la impaciencia. Sólo la trasladamos a otros sectores.
De la piscina pasa a la cola del banco. Y así.

9:30 p. m.  
La cosquilla de Blogger Missing dice...

Parece que me hayas escrito el post a mí!!
Sí, espero, y sobre todo mi cabeza no tiene más ocupación que esperar (bueno, sí que las tiene sólo que no es capaz de centrarse en ellas). Pero cuanto más esperas más se empeña el tiempo en pasar despacito, y te pasa como al niño, que no haces más que mirar el reloj y te parece que la hora no llega nunca.
Es fácil decir "paciencia" pero cuando te juegas mucho es difícil tenerla. Y para bien o para mal estos años son años de decisiones importantes, logros que han de llegar, y esperas, esperas interminables.
El día menos pensado llegarán y nos parecerá que no fue para tanto...
Un beso enorme por tu puntería!

1:08 p. m.  
La cosquilla de Blogger fractal dice...

Ahora se cura a los niños con yodo, ¿no? y de esta forma, hemos cambiado el rojo de las rodillas y codos por el amarillo.
La paciencia o la impaciencia son las mismas, esto no tiene otro color, y sigue siendo azul.

A ti te veo una persona paciente.

Un saludo!

6:20 p. m.  
La cosquilla de Anonymous Anónimo dice...

Pandora, gracias por el aviso pero si lo se, si... es que ella es nocturna y yo diurno !! ;)

7:40 p. m.  
La cosquilla de Blogger ahhh dice...

Pero qué difícil es controlar la impaciencia cuando desamos que llegue algo. Es un síntoma de ilusión, de esperanza, lo malo es que a veces se convierte en angustia y no nos permite disfrutar de esa espera, de ese previo a alcanzar lo que buscamos.

10:18 p. m.  
La cosquilla de Blogger JesuisdeFer dice...

Ratón, ratón y mil veces ratón. Cohibir la espontaneidad? Desdeñar la ilusión? No es más feliz el niño cuando piensa en todo lo que hará cuando esté en el agua? Estar por fin ella no es sino el premio, la consecución de una ilusión es el premio, pero lo apasionante es la emoción de conseguirlo. La boca se hace agua cuando desea el queso, luego sólo disfruta de su premio.
Miedo a que pasen cosas? yo digo miedo a no desearlas.
Se hace pesado llevar la carga a la espalda? y para que tienes espalda? Para que te quede bien la sisa de la blusa?
Ilusión. Pasión. Y la espalda lo sabrá entender.
Bs

12:08 a. m.  
La cosquilla de Anonymous Anónimo dice...

Hola a todos, estoy de acuerdo que ser paciente es muy dificil cuando deseas algo realmente, ahun mas cuando estas en un momento psycologico sencible, nose ahun como controlar los sentimientos y ser paciente pero mientras mas piensas en lo que quieres mas impaciente eres, en estos momentos estoy impciente de recivir un email que deseo recivir y como ahun no me llega estoy pensando que algo esta mal, creo que estoy actuando mal puesto que antes que llegue no sabre si esta mal o no, a mi ahora me a ayudado leer sus comentarios y les agradezco por ello

2:23 p. m.  

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